Teoría Jurídica Contemporánea II

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domingo, 14 de noviembre de 2010

Pulsa un botón y ... tortura!

A punto de comenzar una nueva década de este milenio, las torturas son parte de la vida real en muchos países del mundo. Los datos son escalofriantes:

Se han documentado casos de tortura en más de 150 países, en 70 de ellos estas prácticas son generalizadas y en más de 80 estados se han producido muertes a consecuencia directa de la tortura.

Según los informes disponibles, durante los tres últimos años se ha sometido a niños y niñas a torturas o malos tratos en más de 50 países, lo que demuestra que la edad, por corta que sea, no sirve de protección contra esas prácticas.

Las prácticas degradantes, como la tortura, entre el público infantil y juvenil a través de una forma de entretenimiento actualmente en alza: los videojuegos. Según se demuestra en sus páginas, la práctica de la tortura "virtual" puede ser cotidiana en la vida de los niños y menores de edad cuando acceden, sin ningún tipo de control, a videojuegos que fomentan estas prácticas en las salas de alquiler de videojuegos o en la soledad de su cuarto adquiriendo el videojuego o utilizando Internet.

Los niños y menores de edad pueden comprar libremente, sin que nada le advierta de los riesgos, videojuegos que permiten con un "click" torturar lentamente a sus enemigos, liderar una banda en una prisión o degollar a un centinela.

Si los padres desean poner límites a estos videojuegos se encontrarán con el hecho de que no hay legislación que pueda regular el fomento de estas prácticas atentatorias contra los derechos humanos y ni siquiera, en una buena parte de los casos, la etiqueta en la carátula de los videojuegos indicará si es un juego para adultos o para menores de 18 años.

Los videojuegos aplauden con impunidad la tortura, la matanza o las ejecuciones, prácticas claramente contrarias a los valores que fomentan los instrumentos internacionales de protección a los derechos humanos.

Los videojuegos pueden ser instrumentos esenciales en la educación de niños y menores y todos los sectores de la sociedad involucrados son responsables de asegurar que los valores de respeto a la persona, tolerancia o solidaridad son fomentados en los mismos.

Muestra de esto tenemos “GUARDIÁN DE LA MAZMORRA 2", (el cual fomenta la tortura y los malos tratos) Producido por Bullfrog y distribuido por Electronic Arts, según la carátula es recomendado para menores de edad a partir de 15 años.

Algunas frases del folleto oficial que fomentan la tortura:
"En la Cámara de Tortura puedes disfrutar mostrando a las criaturas rebeldes y héroes lo equivocado de su conducta. Las criaturas colocadas en la Cámara de Tortura es probable que se arrepientan, o en todo caso que revelen algo valioso o mueran, La cantidad de tiempo que tardes en persuadir a una criatura enemiga depende del tipo de criatura."
"Puedes prolongar la agonía de tus prisioneros y mantenerlos vivos [...] aumentando a su vez tu diversión y la de la dama como mirones [...]"
"Si tus secuaces parecen no tener ningún entusiasmo por sus tareas, resulta razonable hacerles ver quien es el jefe, mediante unas oportunas bofetadas. Alguien dirá que las bofetadas frecuentes pueden desquiciarles y que el daño causado les produce angustias. Bueno, es verdad, es de lo que se trata."

Recordemos la Convención de Derechos del Niño y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Sí existe legislación específica sólo para juguetes de interés pedagógico. Según esta normativa, "son juguetes de interés pedagógico los que de acuerdo con los distintos niveles de edad pueden contribuir a la formación del niño".

Son juguetes educativos aquellos que "además de su carácter meramente recreativo, coadyuvan de una forma espontánea al desarrollo de las facultades del niño y aquellos que pueden ser utilizados como valiosos instrumentos pedagógicos en los primeros niveles de enseñanza".

“La tortura degrada irreparablemente el código moral de quien la aplica materialmente, de los responsables que la autorizan y de la sociedad que la acepta, explícita o implícitamente”.

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