Legalización de la marihuana.

Por estos días, gracias a la polémica sobre la legalización de la marihuana en el estado de California en los Estados Unidos, se desato el debate y se escucharon diferentes posiciones al respecto.

Viendo hacia el futuro, afirmaban quienes se oponían al referendo, que por más razonable que parezca permitir que los adultos consuman drogas, su legalización tendría consecuencias indeseadas. Según Beau Kilmer, codirector del Centro de Investigación de Políticas sobre Drogas de Rand, sus investigaciones revelan que "la legalización reduciría el costo de la marihuana hasta en un 80 por ciento y el consumo aumentaría. Su abaratamiento afectaría a otros estados, propiciaría el contrabando y aumentaría el turismo de adictos a California".

Este es un enfoque reduccionista que aboga por la permanencia irracional de el estado de las cosas cuando el referendo es una respuesta dramática a una necesidad social sentida. La premisa básica es que la marihuana, con o sin legalización, es y será consumida por un porcentaje considerable de la población, y que posee virtudes medicinales. Documentadas por estudios científicos objetivos. Su legalización y gravamen podrían ser utilizados para crear conciencia acerca del consumo racional de sustancias psicoactivas; impactar las ganancias de las mafias que, obviamente no se acabarían; y generar recursos que facilitarían su persecución y el control de la violencia urbana al liberar a los gobiernos de esa carga.

El narcotrafico es un negocio, quizá este sea el momento para sacar partido de este y que aporte a la sociedad mas que muertes y dolor.