Teoría Jurídica Contemporánea II

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martes, 5 de octubre de 2010

¿Qué es el miedo?

¿Quién no ha sentido miedo alguna vez? ¿Quién no ha temido ante una situación de peligro o experimentado una sensación de pánico ante un suceso de causas desconocidas? El miedo ha sido largamente estudiado por científicos, y se ha establecido que es un instinto de supervivencia, el cual se presenta como una respuesta ante la amenaza de un peligro físico o emocional: si no sintiéramos miedo no podríamos protegernos de amenazas legítimas.

Cuando confrontamos situaciones de peligro, nuestros cuerpos responden de maneras especificas. Reacciones físicas al miedo incluyen sudoración, incremento del ritmo cardiaco y producción de altos niveles de adrenalina, entre otras. Este tipo de respuestas físicas han recibido el nombre de “the fight or flight response”, en la cual el cuerpo se prepara para luchar o para huir. Esta reacción bioquímica es posiblemente un desarrollo evolutivo, una respuesta automática y crucial para la supervivencia.

Respuesta emocional.
La respuesta emocional al miedo es una experiencia individual. Algunas personas se consideran “adictas a la adrenalina” y disfrutan de exponer su cuerpo a situaciones de riesgo, por ejemplo, aquellos que aman la práctica de deportes extremos. Por otro lado, hay quienes tienen una respuesta negativa cuando experimentan miedo y procuran evitarlo a toda costa. Sin embargo, la reacción física es la misma, lo interesante es que  el miedo puede ser percibido tanto como un factor  positivo como negativo.

La capacidad de adaptación a situaciones de riesgo
Ahora, con la ayuda de tecnología moderna, científicos han podido observar lo que ocurren en el cerebro humano cuando alguien siente miedo, y han llegado a la conclusión de que el miedo también es algo que se pueda disfrutar.  Por ejemplo, la festividad del Halloween se ha convertido en una “industria del miedo” en los Estados Unidos (y en muchas otras partes del mundo). Esta celebración no tendría sentido sin la presencia de personajes aterradores que se desenvuelven en un ambiente de pánico, sea creándolo o siendo víctimas del mismo. Desde entonces, mucha gente evita situaciones en las cuales podrían resultar heridos, torturados o muertos (teniendo en cuenta que gran parte del Halloween ha sido acaparado por el cine de horror Hollywoodense, cuyos personajes principales han encarnizado seres sobrenaturales, asesinos seriales, torturadores y múltiples tipos de “desordenados mentales”). Sin embargo, dentro de la sociedad hay quienes disfrutan la experiencia de ser “victimas del miedo”, o lo que es peor, “creadores de miedo”. Esta “conquista del miedo” presenta una nueva respuesta psicológica. La abundancia de adrenalina se convierte en algo normal. El cuerpo se relaja ante situaciones que anteriormente eran aterradoras. Exposición constante a situaciones similares de miedo permiten la familiarización con el mismo. Este hecho reduce la respuesta al miedo, incitando a los amantes de las emociones fuertes a buscar un nuevo nivel de amenazas y situaciones de riesgo.

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